Mónica quería jugar con la luna, así que le pidió a su papá que se la bajase.
El papá trajo una escalera larguísima y trepó hasta llegar a ella.
La luna era demasiado grande, pero le prometió que cada noche se haría más pequeña y entonces se la podría llevar...
Un libro con páginas desplegables que muestra claramente dónde debe estar la luna.