Un día, al salir de su madriguera, al topito le cayó algo marrón y asqueroso sobre la cabeza.
Muy enfadado, salió en seguida a buscar al responsable.
Le preguntó a la paloma, al caballo, a la liebre, a la vaca, e incluso al cerdo, pero ninguno parecía ser el culpable.
Finalmente, unas amables moscas expertas en la materia le dieron la respuesta